Es importante conservar las piezas temporales hasta que se produzca la exfoliación de ellas por parte de las permanentes, por ello deben ser tratadas en todos los casos sin excepción.
El aseo de la boca debe iniciarse desde recién nacido con una gasa humedecida con agua hervida y sal, con el fin de limpiar las encías y crear el hábito de higiene desde temprana edad.
Los niños aprenden por imitación, siempre será una buena lección que tus hijos te vean cómo te cepillas tus dientes y como usas el hilo dental, además de ser un buen ejemplo para aprender a usarlos es un buen ejemplo de hábito de aseo que el niño querrá imitar.
Es recomendable visitar al dentista/odontopediatra periódicamente desde que salen los primeros dientes porque el niño se acostumbrará a las revisiones dentales, con lo cual disminuirá su ansiedad y temor a lo desconocido. Además el acudir al dentista periódicamente tiene la ventaja de poder detectar cualquier problema en su etapa inicial, con lo cual la solución será sencilla y menos traumática que llevar al niño cuando está con dolor de muelas y necesitará de un procedimiento traumático que luego generará el miedo al dentista.
Los odontopediatras son los dentistas especializados que tratan a los niños desde la infancia más temprana hasta la completa adolescencia de los mismos.
Los dientes temporales o de leche son esenciales para el desarrollo general y bucal del niño, ya que ayudan en la nutrición, el desarrollo del lenguaje y sirven como marcadores de posición a los dientes permanentes, por ello, es muy importante cuidarlos y mantenerlos en las mejores condiciones posibles hasta que recambien.
Los niños tienen 20 dientes de leche que comienzan a salir sobre los 6 meses de edad y completan la salida de todos a los 3 años.
El cuidado de la boca debe empezar desde recién nacido, siguiendo las recomendaciones de higiene y dieta acorde a la edad, de este modo se instauran hábitos saludables desde pequeños.
Es recomendable visitar al odontopediatra periódicamente desde que salen los primeros dientes, de este modo se pueden diagnosticar y prevenir posibles patologías, así como prevenir posibles problemas de conducta (temor, miedos,..) ya que el niños se acostumbre a las revisiones bucales.
La mayoría de los problemas de los dientes apiñados, torcidos o muy salidos están relacionados con el poco crecimiento de los huesos. La creencia común de que el tamaño y la forma de los huesos de la cara son hereditarios, y por ello no se pueden cambiar, no es cierta.
Casi todos los problemas del crecimiento de los maxilares empiezan a edades muy tempranas, aproximadamente a los 4-5 años ya se diagnostican la mayor parte de los problemas.
Las maloclusiones se generan generalmente por varias causas, siendo las más importante la falta de desarrollo por malos hábitos respiratorios y masticatorios a lo que contribuye la dieta demasiado blanda. Una serie de factores ambientales actúan en un niño más o menos dispuesto genéticamente, hay niños más resistentes y niños menos resistentes a los factores externos que le pueden llevar a una falta de desarrollo de su boca (sistema masticatorio).
Con medidas preventivas y/o con tratamientos tempranos, su hijo puede tener una boca sana, con todos los dientes y una sonrisa natural. Si un niño pequeño (3 años) presenta algún problema, no hay que esperar, deber tratarse lo antes posible para permitir corregir la maloclusión si esta ya se ha establecido y también favorecer un crecimiento de la boca lo más fisiológico posible.
Recursos empleados empleados para corregir alteraciones de la oclusión de una forma rápida y sencilla favoreciendo un correcto desarrollo de los huesos de la cara:
Ventajas de un tratamiento temprano: tratamientos cortos, más fáciles, más económicos y con mayor probabilidad de una corrección completa.
¡Empieza ya!
Idealmente antes de la erupción de los dientes de leche; masajea susencías con una gasa o un pañito limpio humedecido en agua.
Una vez hayan salido sus dientes de leche, la limpieza con pasta dental es obligatoria. Utilizar una pasta con 1000 partes por millón (ppm) de flúor en cantidad “grano de arroz”, al menos dos veces al día.
A partir de la erupción de sus muelas (18-24 meses) pasar un hilo dental entre las zonas de contacto de éstas, cada noche.
Recuerda que los niños hasta los 7-8 años no tienen la habilidad suficiente para realizar una higiene bucal eficaz solos, por lo que es responsabilidad de los padres o los cuidadores supervisar y repasar el cepillado.
La caries es una enfermedad que afecta de manera frecuente tanto a niños como adultos y es considerada en este momento un grave problema para la salud pública. Es por ello que se decidió realizar un cambio en la forma de proceder y actualmente los pacientes deben evaluarse en función de su riesgo individual de producir caries.
EL PROTOCOLO CAMBRA
En base a esta filosofía nació (Manejo de la Caries por la Evaluación del Riesgo), una guía creada para prevenir la caries y en caso de que esté presente conocer sus causas para evitar la progresión de la enfermedad. Aunque dicho protocolo se adapta a todas las edades, en este post sabrás cómo se aplica en los niños.
Las causas que intervienen en la aparición caries en la infancia son múltiples (falta de higiene, exceso de azúcares en la dieta, defectos de esmalte, etc.) e incluso se ha descubierto que existen niños con más riesgo de padecer esta enfermedad. Es decir, cada persona es diferente, tiene un riesgo desigual para desarrollar caries; por tanto, sería un error tratarlos a todos de la misma manera.
En LA CLINICA BALAGUER, nuestras especialistas en ortodoncia para niños, y Odontopediatra están formados para llevar a cabo este protocolo porque nuestra misión es que nuestros pequeños pacientes disfruten de una boca sana por mucho tiempo.
El denominado Protocolo CAMBRA (Caries Management by Risk Assessment), es una guía para profesionales de la salud oral, tanto para odontólogos como higienistas, que fue creado para prevenir, diagnosticar y tratar la caries teniendo en cuenta el riesgo individual de cada paciente para padecerla. Está basado en un cuestionario escrito, que desde el año 2002 fue propuesto por la Asociación Dental Californiana (CDA- California Dental Association).
El modelo original del protocolo CAMBRA establecía cuatro niveles de riesgo: bajo, moderado, alto y extremo. Pero cada país debe adaptar el protocolo y sus cuestionarios teniendo en cuenta diferentes factores (socioculturales, fluorización de las aguas, etc.) y en España las categorías se han visto reducidas a tres: bajo, alto y extremo riesgo.
Una vez evaluados los pacientes según su nivel de riesgo de caries podemos ofrecer un protocolo de actuación específico según han sido clasificados. El Protocolo CAMBRA, además de evaluar el riesgo de caries, analiza el por qué de la enfermedad con el objetivo de prevenir la aparición de futuras lesiones y en caso de que estén presentes, tratarlas de una forma no invasiva o mínimamente invasiva.
Aunque estos protocolos son aplicables y se adaptan a todas las personas independientemente de su edad, es recomendable empezar a realizarlos lo más pronto posible, pues tenemos que ser conscientes que la caries es una enfermedad potencialmente controlable si se conocen os factores que pueden dar lugar a su desarrollo, por ello lo mejor es conseguir que los más pequeños de la casa tengan una buena salud dental, ya que son los más vulnerables a esta enfermedad.
La caries sigue siendo la enfermedad infecciosa crónica más frecuente en los niños comprendidos entre los 0 y los 6 años; y llega a suponer un 36% de prevalencia en la población total adulta.
El Protocolo CAMBRA ha supuesto un cambio en la prevención tradicional que se ha llevado a cabo hasta el momento, la cual no ha ayudado a reducir las caries en las últimas décadas. El control de caries destaca por la realización de análisis de dieta, valoración del índice y tipo de placa bacteriana, test salivares y bacteriológicos; gracias a los que se obtienen unos resultados que nos indicarán qué acciones preventivas o de tratamiento se llevarán a cabo.
La idea no es solo informar a los pacientes acerca de cómo curar su boca, es decir, cuántos empastes, endodoncias o extracciones hay que realizar; sino también empezar a ayudarles para educar y controlar su salud dental. En el caso de los niños es importante saber que los beneficios obtenidos por cuidar sus dientes desde una edad temprana, dará lugar a unas sonrisas más saludables en la edad adulta.
Primero tenéis que saber que la edad recomendada para llevar a un niño a una revisión odontológica es antes del primer cumpleaños. Por eso no olvides la regla 1+1= 0, primera vista al dentista antes del primer cumpleaños dará lugar a cero caries. El objetivo es conocer en qué posición van saliendo los dientes además de orientar a los padres sobre dieta e higiene oral, en esta cita también se pautará las revisiones periódicas necesarias.
El protocolo CAMBRA diferencia dos tipos de cuestionarios de salud según la edad: 0-5 años y más de 6 años, estos cuestionarios harán una valoración de riesgo de caries y nos mostrarán los factores protectores y de riesgo que presenta el paciente, que junto a una exploración clínica/radiográfica y entrevista personal se determina y decide qué tratamiento global es necesario, tanto preventivo como curativo.
En definitiva, La Clinica Balaguer y la Dra. Andrea Faubel de odontopediatría, harán posible que los niños puedan disfrutar de unos dientes sanos y limpios, además de mantener a raya a las caries.
La Clínica Balaguer cumple todas la normativas de desinfección y seguridad frente a la COVID-19.
Nº COLEGIADO: 46004896